En el año 2019, la aparición de una nueva cepa de virus (SARS-CoV-2) desembocó en una pandemia de escala mundial. Pero no solo las relaciones internacionales fueron afectadas, sino también el funcionamiento interno de las naciones y la manera en que los mismos individuos interactúan entre ellos mismos y con su medio.
En el caso colombiano, las inicialmente estrictas medidas de confinamiento han ido transformándose progresivamente en recomendaciones sanitarias, toda vez que la una cuarentena indefinida se antoja económica y socialmente inviable. Sin embargo, lo que los líderes políticos han definido como una “economía de emergencia” en la que se prioriza el abastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad se ha visto afectada por crisis como el brote epidemiológico en la central de abastos de Bogotá, y la consiguiente imposibilidad de efectuar la compra/venta de los productos por parte de la ciudadanía.
Por esta razón y en el marco de la iniciativa “Reto COVID-19” promovida por la «SOCIEDAD COLOMBIANA DE ARQUITECTOS», se propone una estrategia de reactivación económica a dos niveles. A nivel barrial, se propone la identificación de “muelles” o lotes de oportunidad dentro de los perímetros urbanos, que por sus condiciones físicas permitan la implantación de las “cápsulas” de esta propuesta. Estos muelles serán espacios abiertos que permitan adaptar un cerramiento a modo de control del acceso y con el fin de facilitar la vigilancia de las “cápsulas” y de los productos las 24 horas del día. Estos espacios podrán ser parqueaderos, coliseos o cualquier otro espacio de naturaleza similar que estén actualmente en desuso por cuenta de la actual contingencia.
Una vez identificado el espacio, se propone la definición de un circuito de circulación unidireccional (evitando de esta manera el cruce de flujos peatonales). Este circuito deberá contar con puestos de control biológico en el acceso. A lo largo del circuito se deberán demarcar en el suelo las distancias mínimas de aislamiento entre individuos. De igual manera y con el objetivo de incentivar el uso de la bicicleta como el medio de transporte de mayor seguridad biológica, el muelle deberá contar con cicloparqueaderos en números acordes con el tamaño y la ocupación prevista del “muelle”.
Para la localización de las “cápsulas” se propone una distribución intercalada, de manera tal que dos accesos a una cápsula no se ubiquen de manera adyacente. Las “cápsulas” son domos geodésicos autoportantes cuya estructura se construirá en el sitio a partir de cañas de guadua y uniones en acero. El cerramiento de los espacios resultantes se elaborará a partir de una película de plástico de alto calibre similar al empleado en los invernaderos reforzada en sus aristas. La elección de estos sencillos materiales busca lograr un bajo costo económico de la construcción y a la vez involucrar a los vendedores dentro de los procesos de manufactura de los domos. De la misma manera, el mobiliario diseñado para soportar la actividad comercial será de bajo costo y podrá ser elaborado a partir de madera reciclada. Las dimensiones del mobiliario deberán garantizarse, toda vez que este está diseñado para ser completamente compatible con las dimensiones propuestas para las cápsulas.
Finalmente y una vez superada la pandemia, todas las estructuras construidas podrán seguir siendo utilizadas para mercados locales mediante la reconfiguración del esquema de distribución de las cápsulas (optimizando la ocupación al disminuir la necesidad de aislamiento) o desensambladas en sus partes constitutivas (uniones en acero y cañas de guadua) para su posterior aprovechamiento en otro proyecto.
Imágenes adicionales de la propuesta en el siguiente link: RETO COVID-19 SCA.
El documento publicado por la SCA con las propuestas seleccionadas en el siguiente link: PUBLICACIÓN SCA.